Capitulo I: Nombre y origen de La Legión de Maria.

 

LA LEGION DE MARIA
 
 
¿ Quién es  ésta, que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla? (Cant 6, 10).
Y el nombre de la virgen era María (Lc. 1, 27).
Legión de María ¡ Que nombre más acertado!. (Pío XI).
 

 
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Nombre y Origen
 

 
   La Legión de María es una asociación de católicos que con la aprobación eclesiástica, fue formando una legión para servir a la Iglesia en su perpetua lucha contra en mundo y sus fuerzas nefastas, acaudillado por Aquella que es bella como la luna, brillante como el sol,  y –para el Maligno y sus secuaces terrible como un ejército en orden de batalla: María Inmaculada de todas las gracias.

   Como resultado de la caída la vida humana, tanto individual como colectiva, se presenta como una lucha dramática entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas (GS, 13 ).

   Los legionarios ansían hacerse dignos de su excelsa y celestial Reina, y lo intentan mediante su lealtad, sus virtudes y su valentía. Y se han organizado a modo de ejército,  tomando como modelo particular a la Legión de la antigua Roma. La Legión de María ha hecho suya la terminología de la legión romana , pero, a diferencia de ésta, ni sus huestes ni sus armas son de este mundo.
   
   Este ejército mariano, ahora tan numeroso, tuvo los más humildes comienzos. No se formó conforme a un plan preconcebido brotó espontáneamente. Tampoco se formuló un proyecto de reglas y prácticas. Al contrario, por todo preparativo, alguien sugirió una idea, se fijó una tarde, y se reunieron unas cuantas personas sin sospechar que habían de ser instrumentos escogidos por la Divina Providencia.
   
   En nada se distinguió aquella primera junta de las que hoy celebra  la Legión de María en el mundo entero. La mesa, alrededor de la cual se reunieron, tenía puesto un altarcito cuyo centro era una estatua de la Inmaculada (de la Medalla Milagrosa), sobre un lienzo blanco, entre dos floreros y dos candeleros, con velas encendidas. Este conjunto, tan rico en simbolismos, obedeció a la inspiración de una de las primeras socias. Y allí quedó cristalizado todo lo que representaba la Legión de María. La legión es un ejército: pues bien, allí estaba la Reina antes de reunirse ellos; estaba esperando el alistamiento de aquellos que Ella ya sabía iban a venir. Ella fue quien los escogió, y no al  revés, y, desde entonces, ellos se han puesto en marcha y luchan a su lado, sabiendo que el salir triunfantes y el preservar guarda un  ritmo exacto a su unión con Ella.
   
   El primer acto colectivo de aquellos legionarios fue arrodillarse. Aquellas frentes jóvenes y sinceras se inclinaron. Rezaron la invocación y la oración del Espíritu Santo; y luego, entre los dedos ya cansados por el trabajo del día, desgranaron las cuentas de la más sencillas de las prácticas piadosas. Al extinguirse el eco de las jaculatorias finales, se sentaron, y bajo los auspicios de María, representada allí por su imagen, se pusieron a pensar cual sería el mejor modo de agradar a Dios y de hacerle amar en el mundo. De aquellas consideraciones brotó la Legión de María con todas sus características, tal como es hoy.
   
   ¡Que portento! ¿Quién, al contemplar aquellas humildes personas, tan llanamente ocupadas, hubiera podido suponer -ni al calor de la  más loca fantasía – el destino que de allí a poco les guardaba? Y entre ella mismas, ¿ quién sospecho que entonces precisamente estaba formando una organización destinada a ser una nueva fuerza mundial, la cual, fielmente encauzada y aprovechada, en manos de María, sería capaz de dar vida, esperanza y dulzura a las naciones? Con todo, así había de ser.
   
   Aquel primer alistamiento de legionarios de María se hizo en Myra House, Francis Street, Irlanda, a las ocho de la noche del 7 de septiembre de 1921, víspera de la fiesta de la Natividad de Nuestra Señora. Por algún tiempo la organización se llamo "Asociación de Nuestra Señora de la Misericordia", nombre tomado del título de la unidad madre.

   La fecha del 7 de septiembre, dictada al parecer por circunstancias menos fortuitas, se tuvo al principio por menos apropiada que si hubiera sido al día siguiente; sólo después de algunos años, en los que María dio pruebas señaladas de su amor verdaderamente maternal, se echó de ver que no fue un rasgo menos delicado el que mostró hacía la Legión haciendo coincidir su fundación con la hora de su nacimiento. Dice la Sagrada Escritura (Gén 1,5) que el primer día de la creación estuvo compuesto de tarde y mañana; así, era muy propio que fuesen los primeros aromas de la Natividad de Nuestra Señora, y no los últimos, los que impregnaran la cuna de aquella organización, cuyo primero y más constante empeño ha sido siempre reflejar en sí misma la semejanza de María como el medio más eficaz para glorificar al Señor y hacerle llegar a los hombres.

    
"María es Madre de todos los miembros del Salvador, por lo que, en virtud de su caridad, Ella ha cooperado al nacimiento de los fieles en la Iglesia. María es el molde viviente de Dios, es decir, sólo en Ella se formó al natural el hombre- Dios sin perder –digámoslo así- ninguna rasgo de su divinidad; y sólo por Ella puede transformarse el hombre- de un modo adecuado y viviente- en Dios, en cuanto es capaz la naturaleza humana por la gracia de Jesucristo" (San Agustín ).
     
   "La Legión de María muestra el verdadero rostro de la Iglesia Católica"  (Papa Juan XXIII ).

 
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